Al ser nosotros mismos
una empresa, permanentemente, estamos trabajando en nuestro proyecto de vida,
cada día debemos hacer algo por él, para
nutrirlo, para hacerlo crecer, para hacerlo mejor, y así todos los demás, lo quieran obtener,
es decir, lo clientes o potenciales clientes lo quieran adquirir.
Lo anterior es perfecto
y en este punto, todo está muy bien, porque
el emprendedor está altamente motivado, y eso lo hace competitivo y atractivo. El
asunto comienza cuando quienes están a nuestro alrededor comienzan a mirarnos y
a compartir sus miedos o, a disfrazar su enojo por no encontrar la fuerza para también
realizar un emprendimiento con la energía requerida.
Y es aquí donde debemos
tener claro que debemos proteger nuestros sueños. Si decidiste convertirte en
un producto u, ofrecer un producto es porque tienes clara la ruta a seguir, y
el siguiente paso es enfocar toda la energía para mantenerlo en el tiempo. No
debemos dejar espacios para que alguien nos diga que no lo podemos hacer.
La fuerza está dentro
de ti, tú haces la diferencia y cada día hay que hacer algo para que el sueño para que deje de ser sueño.
Nuestros pensamientos, ideas,
deseos, son el impulso a Ser, Protege tu sueño con acciones.
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