Una de las dinámicas de mercado que observo con frecuencia, es que
muchos profesionales insatisfechos con su relación laboral, deciden dejar sus empleos para montar
sus propias empresas, y una vez
sorteadas una serie de requisitos y esfuerzos, final y felizmente lo logran.
Al inicio la pasión y dedicación son
enormes, y no importa cuánto necesiten hacer en función de darle lo que
necesita, con el tiempo esta comienza a devolverles con prosperidad y estabilidad, la
inversión realizada.
Sin embargo, la historia que se repite con
frecuencia, es que pasado algún tiempo comienzan a quejarse y a repetir a todos aquellos que conocen que
la situación no va bien, que ya la empresa no es la misma de antes, que no es
lo suficientemente productiva y que quizás deban cerrarla para volver a buscar un empleo, o
cambiar de ramo y así intentarlo con otra cosa, y tristemente cierran la
empresa sin pena ni gloria, sin entrar en profundidad acerca de lo que sucedió.
Fue sólo un capítulo más de la vida.
Este proceso de frecuente aparición, tiene diversas explicaciones, una de ellas
tiene que ver con las dinámicas personales que se repiten en los diferentes
ámbitos de la vida y que si no las reconocemos y honramos se seguirán
repitiendo.
Desde lo sistémico organizacional, La
Empresa soy Yo, sobre todo cuando son pequeñas empresas con firmas
personales como figura jurídica, es
decir responde al fundador y a como este
se maneje.
Cuando la producción de la empresa ya no
es satisfactoria y comienza a dar pérdidas o simplemente se estancó, llegó a un
límite, el empresario debe comenzar a hacerse preguntas poderosas:
·
Cual
fue el intensión inicial con el que se
creó la empresa
·
Cuanto
se deseaba que produjese en términos económicos
·
A
quien estaba dirigida a servir o a satisfacer
·
Conoce en términos de inversión lo que
requiere para multiplicar su producción
·
Tiene
cuentas reales sobre lo que la empresa
le ha proporcionado
·
Acaso
cambio de ramo en el camino y desvirtuó su objetivo inicial
Estas y otras preguntas son la clave para
ser exitosos en el mercado y mantener prospera una empresa. Al retomar la
pasión inicial y dirigir adecuadamente los esfuerzos las empresas de mantienen
en el tiempo.
Recuerde que con el problema viene la
solución, el propio esfuerzo es el punto de partida del éxito, las empresas
están al servicio de la vida y lo más importante: Prestar el mejor de los
servicios siempre, con ideas innovadoras que suplan las necesidades de nuestros
clientes.
Si desea más información comunícate con
nosotros.
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