Un hábito se representa
en el cerebro como un surco, un camino. Cuando empezamos a hacer algo nuevo
nuestro cerebro hace resistencia, puesto que los viejos hábitos tienen su
camino hecho. Estos “caminos” son en realidad conexiones neuronales que
transmiten impulsos eléctricos para transformarlos en acciones o pensamientos.
Maxwell Maltz, escribió
en su obra “Psicocibernetica”: nuestro cerebro crea nuevos “caminos” tras “bombardearlo”
con una acción nueva durante 21 días. Con lo que podemos concluir que solo bastan
tres semanas para cambiar nuestra vida.
Se ha preguntado cuantas
semanas ha vivido hasta hoy, y si tiene la respuesta, la siguiente pregunta
sería ¿Cuántos nuevos hábitos ha incorporado a su vida de manera consiente?
Cuando nuestra luna se
encuentra en algún signo sensible (lo cual es frecuente), hacemos un análisis doloroso
de todo aquello con lo que no estamos conformes y que finalmente deberíamos
cambiar, sólo que este cambio nunca llega, a menos que “la vida meta su mano”.
Tenemos la creencia que
hacer cambios es muy difícil, y claro es difícil si seguimos esperando que
estos vengan desde afuera. Los cambios son decisiones personales, desde el auto
convencimiento que merecemos vivir mejor.
Ahora ya lo sabe, sólo basta saber que quiere incorporar a su vida
e invertir 21 días para hacerlo camino.
Recuerde que el camino es más amable si vamos ligeros de equipaje.
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