Si nos detenemos a
analizar un poco nuestras vidas y realizamos una analogía de ésta y nuestra Empresa, podemos darnos cuenta inmediatamente que las coincidencias son realmente asombrosas.
Y es que la empresa es
una extensión de nuestras vidas, y en ella desarrollamos las dinámicas que nos
acompañan en nuestro andar.
Si usted es madrugador
y en las mañanas es capaz de concretar sus mejores acciones, seguramente a
tempranas horas del día podemos acudir a solicitar sus servicios y obtendremos
lo mejor de ellos.
Si a usted se le
dificulta mantener el pensamiento enfocado, y lo que le parece perfecto en este
instante es diametralmente opuesto a lo
que le gustaría en la tarde, probablemente su empresa sea una suerte de Bazar
donde podemos encontrar los objetos y servicios más disimiles.
Ciertamente hay
clientes para todos los segmentos, pero cuando hablamos de excelencia, y de
crecer en un mercado competitivo, se hacen necesarias otras acciones.
Los clientes requieren
de mensajes claros para así dirigirse a adquirir
rápidamente lo que desean, el tiempo es oro. Mientras más concreto sea el
servicio que ofrece, más posibilidades de obtener éxito. Así mismo los clientes quieren el mejor de los
servicios, aquí podemos mirar el respeto
que sentimos por lo demás y por nosotros mismos.
Entonces es importante
tener claros estos simples principios:
·
Las empresas son como las personas. ¿Cómo
soy yo?
·
Si vas a prestar un servicio, que sea el
mejor. ¿Doy lo mejor de mí a cada Instante?
·
Las empresas que tienen éxito son las
que se destacan entre las demás, ¿Mi hacer, hace la diferencia?
Y recuerda, realmente
puedes hacer lo que quieras, si tu lo crees los demás lo creerán.
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